Las cinco tentaciones de un gerente, según el libro de Patrick Lencioni, nos proporcionan una visión clara de las prácticas de liderazgo que pueden ser perjudiciales en el entorno laboral. Analizando estas tentaciones, creo que las dos más nocivas en un ambiente laboral específico son: la tentación de ser querido (Tentación 2) y la tentación de privilegio de decisiones correctas (Tentación 3).
Tentación de ser querido (Tentación 2): En muchos ambientes laborales, los gerentes a menudo priorizan mantener una relación amistosa con su equipo en lugar de exigir responsabilidad y rendición de cuentas. Esto puede llevar a una falta de diligencia en la evaluación del desempeño y a favoritismos. En mi experiencia, esta tentación es particularmente nociva porque crea un ambiente de trabajo donde la retroalimentación honesta y constructiva se ve comprometida. Los empleados pueden sentirse desmotivados si perciben que los amigos del gerente reciben un trato preferencial, lo que a su vez puede afectar negativamente la moral y la productividad del equipo.
Tentación de privilegiar decisiones correctas (Tentación 3): La necesidad de asegurarse de que todas las decisiones son correctas puede llevar a la parálisis por análisis. Los gerentes que caen en esta tentación pueden retrasar decisiones importantes, lo que afecta la claridad y dirección del equipo. En un entorno laboral donde se requiere agilidad y adaptabilidad, esta tentación es extremadamente nociva. La falta de decisiones claras y oportunas puede generar incertidumbre y frustración en el equipo, afectando negativamente el desempeño general y la capacidad de la empresa para responder a cambios en el mercado.
Para evitar caer en estas tentaciones, un gerente debe enfocarse en mantener un equilibrio entre ser accesible y mantener una postura de liderazgo firme. Para la Tentación 2, es fundamental ganarse el respeto del equipo en lugar de su afecto. Esto se puede lograr estableciendo expectativas claras y proporcionando retroalimentación objetiva y constructiva. Además, es importante crear una cultura donde la rendición de cuentas y el cumplimiento de compromisos sean valores fundamentales.
En cuanto a la Tentación 3, un gerente debe priorizar la claridad sobre la precisión. Esto implica tomar decisiones basadas en la información disponible, incluso si es incompleta, y estar dispuesto a ajustar el rumbo si es necesario. La determinación y la capacidad de adaptarse rápidamente son esenciales en un entorno laboral dinámico. Fomentar un ambiente donde se permita el debate constructivo y la discrepancia también es crucial para evitar la falsa armonía y asegurar que se tomen decisiones bien fundamentadas.
En resumen, evitar estas tentaciones requiere un enfoque equilibrado y proactivo en el liderazgo, donde la claridad, la responsabilidad y la adaptabilidad son componentes clave.